menu

Ferias del libro, ¿cómo se organizan y financian?

Autor
José Diego González
Fecha
26 octubre, 2017

El calendario ferial en Iberoamérica es hoy un calendario nutrido, en el que aparecen ferias que completan incluso más de cuatro décadas de existencia. En una sucinta cronología, este es el origen de algunas, solo algunas, de las ferias que conforman dicho calendario. En 1970 se realiza la primera versión de la Bienal del Libro de São Paulo. Al año 1975 se remonta la aparición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Las de Santiago y del Palacio de la Minería, en México, surgen en 1980. En 1982 se celebra la primera versión de la Feria Internacional del Libro de La Habana y, ese mismo año, la Feria del Libro de Madrid adquiere su forma actual, cuando su organización la asume el Gremio de Libreros de la ciudad. De 1987 son las ferias de Bogotá y de Guadalajara. Ya en la década de los noventa nacen las ferias de Lima, Costa Rica y Santo Domingo.

Se trata, en todos los casos, de ferias pensadas para el público en general, orientadas a la venta de libros y que cuentan con programación cultural y académica. Sus fines no son, por tanto, comparables a los de las ferias que están pensadas exclusivamente para profesionales, como ocurre con las de Fráncfort o Londres. Sin embargo, varias de las ferias enumeradas sí disponen tanto de actividades destinadas al encuentro y a la formación de los profesionales del sector como de espacios de negocios (ruedas, salones de derechos, etc.). Son, en definitiva, eventos con un perfil mixto que persiguen objetivos muy similares: fortalecer el mercado del libro, fomentar la lectura y propiciar la confluencia de los distintos actores que conforman la cadena de valor del libro. Al respecto, la Unesco indica: “Las ferias son espacios concentradores que reúnen a compradores y vendedores profesionales de forma periódica, durante un lapso acotado de tiempo (por ejemplo, una o dos semanas cada año o cada dos años). La mayoría están abiertas al público en general. La potencialidad de cada espacio suele estar perfectamente identificada por los actores sectoriales, quienes conocen la modalidad comercial particular en la que se desenvuelve cada una”[1].

A lo anterior habría que añadir que las ferias del libro, especialmente en los países latinoamericanos, no sólo han terminado por suplir las dificultades para acceder a los libros causadas por tejidos libreros precarios y caracterizados por una altísima concentración en las capitales, sino que se han convertido en el único punto de contacto con los libros de una proporción considerable de la población que no suele visitar librerías, ni bibliotecas. Todo esto las ha convertido en actividades de interés cultural para el beneficio de la ciudadanía.

Aunque son muchas las coincidencias entre las ferias del libro que se realizan en la región, en cuanto a perfiles y objetivos, no son pocas, en cambio, las diferencias que surgen cuando se observa la forma como se organizan, gestionan y financian. Identificar estas particularidades constituye un ejercicio de interés, en la medida en que puede conducir a reconocer un conjunto de buenas prácticas que redunde en el fortalecimiento de las ferias de la región en general y, en especial, de las de más reciente creación.

De ahí que el Cerlalc considere relevante hacer una investigación sobre los modelos de gestión y financiación de las ferias de libro de mayor trayectoria, que concluirá con la publicación de un documento en abril de 2018, en el que se espera ofrecer, más que fórmulas intercambiables de un país a otro, un conjunto de elementos susceptibles de adaptarse a las características socioeconómicas y al grado de desarrollo del sector editorial en cada país. Con esto se busca aprovechar y poner en valor la experiencia adquirida por ferias cuya relevancia ha trascendido el ámbito estrictamente nacional para brindar un marco de referencia a los interesados en mejorar las ferias que organizan.

Además de los aspectos estrictamente organizativos, en el documento se explorarán las medidas públicas de apoyo para la organización de ferias del libro existentes en algunos países, las distintas formas de patrocinio mediante las cuales el sector privado apoya la realización de estos eventos y los programas de los que disponen las propias ferias para atraer la participación de otros actores de la cadena de valor como librerías o bibliotecas.

Cabe señalar que no es la primera vez que el Cerlalc busca ofrecer elementos sobre las ferias del libro que puedan ser de interés para los actores del sector. En 2011 se publicó el Manual de ferias del libro (http://cerlalc.org/es/producto/las-ferias-del-libro-manual-para-expositores-y-visitantes-profesionales-2/), dirigido a expositores y visitantes profesionales, un libro en el que se brindaban desde consejos de orden práctico para la participación en una feria (reserva de espacios, diseño y construcción de los estands, inscripción en las ruedas de negocios, etc.) hasta orientaciones para la negociación de derechos. En el Manual se reflexiona, además, sobre el papel de las ferias del libro como motor para el desarrollo del sector editorial y su profesionalización, así como también en torno a su condición de espacios culturales. Su consulta resultará, sin duda, de interés para todo el que quiera introducirse en el tema.

[1] Políticas para la creatividad. Guía para el desarrollo de las industrias culturales. París: Unesco, 2010.