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Estudio demuestra que la negligencia hacia la primera infancia afecta la salud mental de los niños al llegar a la edad adulta

Autor
Cerlalc
Data
1 março, 2017

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Experimentar negligencia severa durante la primera infancia puede tener un impacto psicológico duradero en la edad adulta, según un estudio publicado en The Lancet que ha seguido la salud mental de un grupo de niños rumanos adoptados por familias británicas en los años 90.

The Lancet es un importante contribuyente a la cobertura de la salud y de los medios médicos en todo el mundo, consiste en un diario semanal, The Lancet, además de nueve revistas especializadas mensuales en los campos de la salud global. Este es el primer estudio a gran escala que sigue a un grupo de niños sometidos a grandes privaciones durante su infancia, haciendo un seguimiento del desarrollo de su cognición y salud mental hasta la edad adulta.

El estudio anglo-rumano Adoptees comenzó poco después de la caída del régimen comunista en Rumania. Los niños, que vivían en instituciones rumanas, estaban sometidos a una higiene extremadamente pobre, a una alimentación insuficiente, a poca atención personalizada y a ningún estímulo social o cognitivo. El estudio analiza la salud mental de 165 niños que vivieron desde los cero a los tres años en instituciones rumanas y que fueron adoptados por familias en el Reino Unido.

Todos los niños del estudio se unieron a familias británicas socioeconómicamente favorecidas, estables y cariñosas. El estudio ha seguido a estos niños a lo largo de su infancia utilizando cuestionarios, pruebas de CI y entrevistas con ellos y sus padres para analizar los resultados sociales, emocionales y cognitivos a los 6, 11 y 15 años. El último seguimiento se ha llevado a cabo a las personas adoptadas que ahora tienen de 22 a 25 años. Los últimos resultados incluyen alrededor de tres cuartos de los adoptados originales –39 personas adoptadas en el Reino Unido, 50 adoptadas en Rumania que habían pasado menos de seis meses en una institución y 72 que habían vivido allí más de seis meses.

Los investigadores encontraron que la cantidad de tiempo que los bebes pasaban en las instituciones rumanas era un marcador importante de la salud mental futura de los niños. Los adoptados rumanos que habían pasado menos de seis meses en instituciones tenían índices similares de síntomas de salud mental como los adoptados en el Reino Unido. Sin embargo, los adoptados que habían pasado más tiempo en las instituciones tenían índices más altos de problemas sociales, emocionales y cognitivos a lo largo de sus vidas.

Las personas que habían vivido en instituciones rumanas durante más de seis meses tenían índices más altos de problemas sociales, incluyendo rasgos autistas, dificultades para involucrarse con otros, falta de atención e hiperactividad, factores que persistieron desde la infancia hasta la edad adulta. También mostraron ser de tres a cuatro veces más proclives a experimentar problemas emocionales como adultos. Todo esto a pesar de vivir en familias fuertes y de apoyo durante más de 20 años.

Durante la infancia, los niños rumanos que vivieron en instituciones durante más de seis meses mostraron tener un coeficiente intelectual de menos de 80, que se reguló a los niveles normales (de 90 o más) a principios de la edad adulta, lo que sugiere un retraso en el desarrollo de habilidades debido a las experiencias de la primera infancia.

Uno de cada cinco niños adoptados (21%, 15 niños) que pasaron más de seis meses en instituciones rumanas no han experimentado ningún problema de salud mental a lo largo de sus vidas. Los próximos pasos de la investigación implicarán un análisis genético profundo de los adoptados más expuestos que no desarrollaron problemas de salud mental para distinguir si las diferencias genéticas y epigenéticas contribuyen a la resiliencia.

“Estar expuesto a condiciones muy severas en la infancia puede estar asociado con problemas sociales, emocionales y cognitivos duraderos y profundos, que son complejos y varían con el tiempo”, dijo el autor principal, el profesor Edmund Sonuga-Barke, del King’s College de Londres, Reino Unido. “Esto pone de relieve la importancia conocer el origen de los pacientes al proporcionar apoyo a la salud mental. (…) A pesar de centrarnos tan solo en en niños adoptados de las instituciones rumanas a principios de 1990, los resultados son relevantes para un gran número de niños que todavía están expuestos a condiciones abusivas o negligentes en todo el mundo”.

Debido a que los niños tenían edades diferentes cuando ingresaron a las instituciones y vivieron allí por diferentes cantidades de tiempo, el estudio no pudo determinar si hay una ventana durante el desarrollo de la niñez en la que los niños puedan ser más o menos propensos a ser afectados por la negligencia.

El nombre completo del estudio es Child-to-adult neurodevelopmental and mental health trajectories after early life deprivation: the young adult follow-up of the longitudinal English and Romanian Adoptees study escrito por el profesor Edmund Sonuga-Barke y se puede encontrar en la página oficial de The Lancet.