La implementación de nuevas tecnologías en la industria editorial es una realidad, que como cualquier propuesta, genera nuevos retos a quienes se dedican a la producción del libro, y en general a la comunicación y distribución de contenidos literarios.
Las bondades o desventajas que puedan ofrecer por ejemplo, mecanismos como el libro electrónico o la impresión por demanda, dependerán en gran parte de la posición que asuman los sujetos frente a dichas tecnologías, y los lugares pertinentes y adecuados a los cuales sean designadas dentro de la cadena de producción y comercialización de contenidos editoriales; así, reconociendo sus ventajas se da solución a tradicionales problemas relacionados con el sector, entre ellos la defraudación de derechos de autor, la liquidación de inventarios por exceso de oferta, o el agotamiento de ejemplares por exceso de demanda. Igualmente, reconociendo los límites de mencionadas tecnologías, no se recae en dificultades ya superadas históricamente en el mundo editorial, por ejemplo el efectivo acceso al libro para el público, el aprendizaje a partir de la lectura, o la consolidación de espacios físicos de interacción mercantil dedicados a la distribución y producción de contenidos, nos referimos a las ferias del libro, librerías, entre otros.
Es por tanto, que las sociedades de gestión colectiva de derechos reprográficos tienen un papel fundamental para aportar en cuanto a los alcances de estas nuevas tecnologías, reconociendo y aprovechando al máximo las oportunidades que estas ofrecen para el sector, entre ellas su potencial para evitar el fraude a los derechos de autor, el alcance a nuevos espacios de mercado y nichos (jóvenes, universidades) dispuestos a adquirir un contenido editorial por canales relacionados con el entorno digital, así como la utilidad de las nuevas tecnologías para implementar estrategias de promoción, formación y divulgación del libro y la lectura.
La importancia de las sociedades reprográficas se reconoce, tanto en el debate como en la práctica, en promover el buen uso de las tecnologías dentro del medio editorial, evitando por ejemplo la depredación entre el librero y el impresor en torno a la implementación de tecnologías como la impresión por demanda, reconociendo que no todo contenido es susceptible de proveerse al usuario mediante demanda (tal como la literatura infantil y de primera infancia), y que las ediciones físicas tienen un valor agregado que los diseñadores e impresores ofrecen más allá del contenido literal; pero que por otro lado para el usuario que exige contenidos agotados, el librero tiene una oportunidad de proveerlos garantizando la legalidad de la copia y el respeto por el derecho de autor.
Es así, que la invitación finalmente es reconocer el valioso papel que nuestras sociedades de gestión colectiva pueden realizar por nuestros autores, editores, impresores y distribuidores como mediadora y promotora de buenas prácticas entre los miembros que las componen, para hacer de las nuevas tecnologías en una oportunidad para la industria editorial.
Redacción: Camilo Muñoz Ramírez.
Autor de la imagen: Maximilian Schönherr. Licencia 3.0 Unported. “El texto es una página de ” ‘Dantons Tod’ de Georg Büchner”. Disponible en Wikimedia Commons.