Por Alejandro Bríñez
Referente a la reciente controversia que suscitara Taylor Swift y Apple por el no reconocimiento de regalías a los artistas en los 3 meses en que la empresa ofrecía su prestación de forma gratuita a nuevos suscriptores[1] y de la retirada de su contenido musical de Spotify el año pasado, cuando manifestó en el Wall Street Journal que los contenidos no deberían ser gratuitos[2]; la voz de los servicios de streaming no se hizo esperar.
Como se supo, Apple accedió al pago de regalías a los artistas, tal cual lo pidió Taylor. No obstante, aún otro gigante como Spotify espera el catálogo de la cantante[3].
Si vemos, no solo Taylor, sino otros artistas como The Black Keys o Prince han retirado sus catálogos de Spotify, entonces: ¿qué tan desfavorable es que un autor tenga un contrato con esta empresa? Para entender ello, debemos comprender dos cosas: primero, reconocer que la piratería ha crecido lo suficiente para afectar la industria musical, al punto de volver opaco el modelo de negocio de venta de CD físicos, forzando el mercado a nuevos horizontes como la comercialización de la obra en internet; segundo, la posición de Spotify desde su propia voz.
Spotify manifiesta que bajo su modelo ganan los artistas, las productoras y los fans[4]. Se muestran como el punto de equilibrio entre todos ellos: a los artistas les pagan sus regalías, a los fans les dan la oportunidad de escuchar su música de forma legal y reconocen también a los titulares de los derechos patrimoniales de autor.
Spotify se defiende, al punto que resalta sus principales argumentos así:
Paga regalías a los artistas.
Afirman que el 70 % de sus ingresos se destina a esto. En lo corrido de su trayectoria, han pagado $3 billones de USD en regalías y $300 millones de USD en los primeros 3 meses de 2015[5].
Lucha contra la piratería.
Un estudio hecho por Ofcom en el Reino Unido en 2012[6] demuestra que el 39% de los usuarios infractores de derechos de autor en internet se verían alentados a cambiar si hubiera disponibles contenidos legales más económicos, y el 32% menciona que cambiaría si todos los contenidos estuvieran disponibles. Esto es lo que desea Spotify: ofrecer contenido legal primero gratis por 30 días, luego a $0,34 USD por tres meses de contenidos Premium y luego a $5,13 USD mensuales[7].
De igual forma, la empresa evita que terceros sin los derechos de autor suban contenidos a la plataforma. Spotify le garantiza al artista que solo a través de él o del label (sello discográfico) se subirán sus obras. Esto permite un control cercano de la obra e impide que terceros sin el derecho se lucren de ella o pongan a disposición contenidos en detrimento del autor.
Ayuda al artista a difundir sus obras
Spotify dice que bajo esta plataforma cualquier artista puede promocionar su música y ofrecer su mercancía sin cargos adicionales; además tiene la posibilidad de crear un perfil con seguidores y de informar al público sobre sus próximos conciertos[8]. Lo que genera un valor agregado y conecta a los fans con los artistas.
Si bien no tienen el billón de usuarios de YouTube, ni los 575 millones de usuarios de iTunes, Spotify afirma que está pagando a titulares del derecho de autor el doble de la cantidad de otros servicios de video populares, de servicios de radio en internet y de radio terrestre. Es más, sostiene que en el hipotético caso de lograr 140 millones de usuarios, de los cuales 40 millones fueran suscritos, incrementarían 5 veces sus pagos totales[9].
Como lo demuestran sus cifras, la empresa no es el verdadero problema al momento de pagar a los artistas, de hecho reporta millones de pérdidas netas pese a sus ingresos[10]. De igual forma, no todos los artistas están en contra de los servicios de streaming, recientemente Lars Ulrich, baterista de Metallica, quien hace más de una década librara una batalla jurídica contra Napster, hoy argumenta que si bien los servicios de streaming no generan mayores dividendos para algunos artistas es el camino a seguir[11].
En conclusión, no todos los artistas tienen la misma opinión sobre los servicios de streaming y Spotify paga regalías de conformidad a la posición del artista en la plataforma: si es más popular y escuchado recibirá mayores ganancias. En consecuencia, para seguir en la búsqueda de los problemas que no permiten una remuneración adecuada a los artistas, es necesario realizar una mirada en conjunto de todos los actores y sus relaciones entre sí.
Edición: Manuel Muñoz.
[1] Sobre el tema vea: “A propósito de la controversia entre Taylor Swift y Apple” en:
[2] Columna de opinión de Taylor Swift. The future of music is a love story. Se hace énfasis en la frase: “la música es arte, y el arte es importante y raro. Las cosas importantes y raras son valiosas”. Traducción propia.
[3] Página web de Spotify. Mensaje a Taylor. On Taylor Swift´s Decision to remove her Music from Spotify.
[4] Ver por ejemplo este tipo de campañas: 20 millions reason to say thanks.
[5] Página web de Spotify. 20 millones de razones para agradecer.
[6] Ofcom. Online Copyrigth research.
[7] Página web de Spotify. Oferta para Colombia.
[8] Página web de Spotify. How to get your merch on Spotify.
[9] Página web de Spotify. How is Spotify contributing to the music business. Sección: Spotify relative to other services.
[10] Página web Xataka. Spotify y los servicios de suscripción de música online son máquinas de perder dinero.
[11] Página web Metal Hammer. Ulrich: streaming is the way ahead.