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La biblioteca móvil, puerta hacia la universalización del acceso a los servicios bibliotecarios

Autor
Roberto Soto
Fecha
25 agosto, 2021

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Por Roberto Soto1

La biblioteca pública es un bien esencial para las personas, tanto como individuos como agrupados socialmente. Su carácter universal abarca la garantía de su accesibilidad a todos por igual. Lo mismo que la raza, la religión, la ideología o la situación económica no son obstáculos para que toda la ciudadanía sea llamada a la biblioteca, tampoco ha de suponerlo el lugar de residencia y, sin embargo, esta es la barrera que más dificulta e impide su disfrute a más población de la que deseáramos.

El acceso indiscriminado a la biblioteca es una cuestión de derechos fundamentales y de igualdad de oportunidades. La lejanía de los centros de poder, la falta de infraestructuras de comunicación, culturales o tecnológicas; la dispersión poblacional, la baja densidad de habitantes o la escasez de recursos no pueden ser excusas para privar de nuestros servicios a nadie, y menos a la parte más desfavorecida de nuestras sociedades.

La búsqueda de soluciones efectivas y eficientes ha de pasar por un esfuerzo de imaginación, de eliminación de prejuicios e incluso de memoria, pues hemos de tener siempre presente que la biblioteca pública moderna nace en el mundo anglosajón, en plena Revolución industrial, para mitigar la miseria del proletariado y posibilitar su ascenso social como medio para mejorar su nivel de vida.

Hoy por hoy, la biblioteca móvil es, sin duda, la solución más óptima para favorecer la accesibilidad universal con unos niveles de calidad no distintos a los de las bibliotecas estables y con un rendimiento inversor más que sostenible. Se trata de una opción especialmente indicada para las zonas rurales, que desgraciadamente aglutinan en mayor número los elementos que tradicionalmente dificultan el establecimiento de servicios bibliotecarios.

Gracias a su movilidad, la inversión en una única biblioteca posibilita el servicio de una pluralidad de comunidades, en las que la puesta en funcionamiento de las respectivas bibliotecas estables sería insostenible.

Los niveles de calidad, por su parte, están garantizados con los actuales avances tecnológicos que han relegado al pasado las tradicionales limitaciones de espacio y tiempo de las que adolecían las bibliotecas móviles. Solamente quedan por derribar las limitaciones de perfección, los prejuicios de aquellos que no conocen su verdadero funcionamiento y potencial, y sobre los que únicamente se puede actuar con la difusión mediática y las visitas en terreno.

El alma de toda biblioteca móvil es su personal; por ello, ha de ser suficiente y pertinentemente formado. Es el agente que va a propiciar los contactos precisos con la comunidad y sus integrantes, para conseguir uno de los valores fundamentales de este servicio, la proximidad, la cercanía, la confianza, la complicidad… Con ello se va a conseguir el mayor grado en el traslado de lo global al nivel local.

Este contacto cercano posibilita que la biblioteca móvil pase a convertirse en un elemento propio de la comunidad, lo que facilita su labor como centro de desarrollo y de dinamización social.

Si una biblioteca estable tiene como servicio básico el acceso al documento, una biblioteca móvil con más razón, pues en la mayor parte de los casos se constituye como la única puerta de acceso a la cultura para la comunidad a la que sirve. Sin embargo, sus potencialidades la obligan a no quedarse ahí, sino a utilizarlo como punto de partida para empoderar y fortalecer la propia comunidad, mejorando su calidad de vida con sus actuaciones, muchas de las cuales contemplan connaturalmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU.

La labor de la biblioteca móvil es amplia y perfectamente adaptable a cada comunidad, dado que su especial naturaleza le dota de una flexibilidad, de un potencial para la transformación, que hace posible el que en un mismo día pueda atender localidades de índole diferente con los mismos niveles de éxito en el cumplimiento de sus cometidos.

El préstamo de documentos a domicilio, la lectura in situ, la recomendación lectora son las prestaciones más habituales, si bien una biblioteca móvil puede desde alfabetizar hasta implementar servicios fab lab, pasando por la capacitación digital. Clubes de lectura, atención especial a personas mayores, asistencia a escuelas, auxilio a pequeñas salas de lectura sin bibliotecario, programas de animación lectoescritora o atención a la cultura inmaterial son otras acciones que fortalecen a la comunidad a la que sirve.

Para que todo ello sea posible, la biblioteca móvil no debe ser fruto de la improvisación ni del capricho, sino que ha de obedecer a una necesidad real y planificarse en todos los aspectos que en ella intervienen, con el fin de que se doten presupuestariamente, se organicen y se pongan en marcha con criterios de eficiencia, eficacia, sostenibilidad y continuidad.

La biblioteca móvil así concebida es un gran instrumento que sirve a las redes y sistemas bibliotecarios para ampliar geográficamente su acción en todas sus dimensiones, de tal forma que, en unos casos, sostenga los servicios bibliotecarios hasta que las condiciones recomienden la instalación de bibliotecas estables (zonas rurales emergentes o barrios urbanos de nueva creación), mientras que en otros casos sustituya a pasadas bibliotecas estables desaparecidas por falta de sostenibilidad (despoblación).

Las propias características de las bibliotecas móviles, y las funcionalidades que venimos enumerando, las convierten en un recurso especialmente adecuado y asequible para extender los beneficios de la biblioteca pública por el territorio y las sociedades iberoamericanas, especialmente las rurales. Países como Chile, Portugal, Argentina o España así lo vienen entendiendo desde hace tiempo, y constituyen un buen ejemplo en el que inspirarse.

Las limitaciones de acceso a los servicios de biblioteca pública ya no lo son tanto si pensamos en las potencialidades de las bibliotecas móviles. Un pequeño esfuerzo de organización, imaginación y perspectiva supondrá un gran avance para la vida de muchas personas.

Notas:

1 Presidente fundador de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles de España (ACLEBIM). Especializado en la gestión de bibliotecas públicas, tanto de unidades como de redes, con especial hincapié en la optimización de recursos, en la innovación funcional y en el aumento de la visibilidad de las mismas, con preferencia en medios digitales. Una de sus preferencias es conseguir el máximo desarrollo social de las prestaciones bibliotecarias, como un elemento muy rentable a medio y largo plazo para la comunidad, e inmediato para sus agentes más vulnerables.