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Las bibliotecas son más que libros

Autor
Gonzalo Oyarzún
Fecha
3 septiembre, 2017

Las bibliotecas, especialmente las públicas, son lugares de transformación donde la comunidad cambia y mejora su calidad de vida. Son espacios de experimentación de los sentidos, en un concepto amplio: laboratorios para las sensaciones, una oportunidad para leer, escribir, cocinar, olfatear y comer, un lugar para escuchar y también para cantar, una ventana al asombro donde crear comunidad. Son, y deben ser, el lugar donde la democracia adquiere su real sentido y se despliega. Donde encontramos diversidad de procedencias, de intereses y de acervos culturales. Donde las personas entran en contacto con la cultura en su sentido más extenso y profundo. Ejemplos sobran. Paul, un hombre en situación de calle, usuario frecuente de la Biblioteca de Santiago, en Chile, ha elegido esta dirección para las visitas que la ley le permite con sus hijas. Para Gabriella Wusah, una madre de Ghana, su biblioteca pública ha sido vital para el cuidado de su embarazo, gracias al proyecto de salud maternal de esa biblioteca africana. La croata Sanja Bunic es hoy todo un referente por abordar la situación de gente sin hogar desde las Bibliotecas Públicas de Zagreb. Para Charly Hernández, la biblioteca pública Fernando Gómez Martínez de Medellín es su vida, porque lo acoge y le da oportunidades pese a su severa discapacidad. Kibera es el barrio más pobre de Nairobi, Kenia, con más de un millón de personas viviendo en condiciones muy precarias; pese a ello, los niños de su biblioteca leen en tablets gracias al compromiso de Mary Kinyanjui. Juana Imelda Hernández ha logrado formar un Centro de Negocios de mujeres artesanas para mejorar sus habilidades empresariales, recuperando la lengua, las formas del teñido y tejido desde la Biblioteca Comunitaria Rija’tzuul Na’ooj, en Guatemala. En las bibliotecas públicas de Mongolia, los discapacitados visuales encontraron una nueva oportunidad de desarrollo.Así, hoy las bibliotecas son espacios abiertos, diversos y tolerantes, compenetrados con sus comunidades y respondiendo a sus necesidades de manera multimodal. Sus lectores son también internautas, como diría Nestor García Canclini, que leen, ven, escuchan y combinan materiales diversos, interactuando con otros. Y en este sentido, sostiene el académico norteamericano R. David Lankes: “Las malas bibliotecas construyen colecciones, las buenas construyen servicios y las mejores construyen comunidad”.