Mariana Bueno (1)
En la primera parte de este texto (2) fue posible observar que existen similitudes en el comportamiento del mercado editorial de los ocho países analizados durante la última década (Alemania, Brasil, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, México y Reino Unido) (3). Si bien es más notable la reducción en los ingresos del sector y del precio promedio del libro ocurrida en Brasil, la misma situación se replica en los demás países. Además, todos los mercados analizados presentan comportamientos semejantes en relación con sus respectivos PIB: cierta de estabilidad cuando hay crecimiento económico y un descenso más acentuado que el presentado por el conjunto de la economía en periodos de contracción.
Pero, ¿cómo comparar realmente esos mercados? ¿Cómo analizar el verdadero tamaño de la pérdida real de cada uno de estos en relación con los demás? Para responder a estos interrogantes fue necesario poner todos los mercados en la misma unidad monetaria, en otras palabras, fue necesario convertir el desempeño real de los mercados editoriales de cada uno de los países a una misma moneda. Para eso, los valores de las facturaciones reales de cada país fueron convertidos a dólares PPA (4) (paridad de poder adquisitivo), los cuales toman en consideración las diferencias en el costo de vida y de los ingresos, y permiten medir el poder adquisitivo de las diferentes monedas. Así, fue posible comparar los mercados editoriales de los ocho países analizados.
Brasil, de hecho, mostró la mayor variación porcentual. Entre 2007 y 2017, el mercado editorial brasileño se redujo un 58%. Los otros dos países latinoamericanos también presentaron una variación negativa considerable, aunque no tan grande como la brasileña. El mercado mexicano tuvo una reducción en sus ingresos reales del 27% entre 2008 y 2015 (5) y el mercado colombiano tuvo una caída del 19% entre 2008 y 2016.
Los mercados editoriales de los países centrales no presentan resultados muy diferentes en términos reales, a excepción de Francia, cuyo mercado se mantiene estable —presenta una ligera reducción del 2% entre 2007 y 2016. En cambio, los demás países muestran variaciones negativas de dos dígitos. España ve cómo su mercado editorial se ha reducido 27% entre 2008 y 2016. En el Reino Unido, la reducción es del 16% entre 2009 y 2016; la caída en el mercado estadounidense (6) es del 16% entre 2008 y 2016, y del 10% en el mercado alemán entre 2007 y 2016.
Pero, ¿qué significa eso exactamente? Significa que es posible poner estos mercados lado a lado y observar el comportamiento de cada uno en relación con los demás. Significa, por ejemplo, que en 2007 el mercado alemán era 2,8 veces más grande que el mercado brasileño y, aunque los dos mercados muestran una reducción en términos reales a lo largo de los años, la caída del mercado brasileño es tan significativa que, en 2017, es seis veces más pequeño que el mercado alemán. También que, en 2008, el mercado brasileño era 6 veces más grande que el mercado colombiano y que en 2016 esa relación cambió a 3,5.
Si bien, por un lado, se reafirma aquello que ya se había dicho —los mercados editoriales redujeron su tamaño a lo largo de los últimos años—, por el otro queda claro que la reducción en Francia y Alemania se sitúa por debajo del promedio; en México y España está por encima de este, y en Brasil, la caída es tan dramática, mucho mayor que en los demás países, que quedaría representada como un punto muy alejado de la curva.
Existe cierto consenso sobre el hecho de que el mercado del libro se contrae porque tiene ahora nuevos competidores. La llegada de los servicios de streaming, el notable crecimiento en el uso de las redes sociales y el consumo de contenidos por demanda han cambiado los hábitos de las personas y la forma como dividen su tiempo. De ahí que el libro acabe perdiendo espacio. Hay, por otra parte, un intenso debate sobre el precio de los libros y su relación con las ventas en línea, sin mencionar la crisis del modelo de librería de macrotiendas.
Es innegable, por lo tanto, que el mercado pasa por grandes transformaciones; sin embargo, la paridad monetaria ha mostrado que el comportamiento del mercado en los países centrales es más estable en comparación con los países latinoamericanos. Los mercados no son homogéneos, los libros no tienen la misma finalidad, ni se consumen con el mismo propósito. Se lee por gusto propio o por obligación, según lo dicte una institución o se requiera por una actividad. En busca de una mayor comprensión del comportamiento de los mercados editoriales latinoamericanos, se ahondará a continuación en su análisis.
Por recomendación del Cerlalc, los países latinoamericanos dividen sus mercados en cuatro categorías: didácticos, obras generales, religiosos y científico-técnico-profesional. Para hacerlos comparables con los mercados de los países centrales, se optó por usar tres categorías: didácticos, científico-técnico-profesional y trade, que incluye obras generales y religiosos.
Es importante destacar que, tanto en México como en Brasil, las compras del gobierno tienen una participación muy significativa; no así, por el contrario, en Colombia. Mientras que en México las compras realizadas por el gobierno representan aproximadamente el 12% de los ingresos del mercado editorial y en Brasil cerca del 25% del total de los ingresos de las editoriales, en Colombia el gobierno es responsable de apenas el 5%. Si se considera solo la categoría de didácticos, donde se concentran las compras gubernamentales, el gobierno representa cerca del 20% del mercado mexicano y el 40% del brasileño. Además, en el caso mexicano, es necesario incorporar la cantidad producida y distribuida por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), la agencia gubernamental responsable de la producción y distribución de parte de los libros consumidos por el gobierno, que representa cerca del 30% de la producción editorial del país. Es decir que la participación del gobierno en el mercado editorial mexicano es mayor que la que se colige de los datos relativos a compras públicas, toda vez que el propio gobierno también produce y distribuye libros utilizados en las escuelas del país.
Convertido a dólares PPA el resultado es el siguiente: como se esperaba, Brasil presenta la mayor caída en todas las categorías. Entre 2007 y 2017, hay una reducción del 54% para didácticos, 60% en trade y 53% en CTP. Entre 2010 y 2015, México presenta una disminución del 11% y el 45% en trade y CTP, respectivamente; mientras que el mercado de didácticos permanece estable —presenta una ligera variación positiva del 1%. En Colombia, el mercado de CTP es el único que no se reduce, con un crecimiento del 6% entre 2008 y 2016. El mercado de didácticos presenta una variación negativa del 27% y el mercado de trade cae 21 puntos porcentuales en el mismo período.
Las gráficas en número índice permiten una mejor percepción del desempeño de cada categoría en los tres países. Es claro que el comportamiento de cada categoría es asaz diferente en cada país y que la reducción en los ingresos del mercado editorial en conjunto está determinada en cada caso por distintas categorías. Mientras que en México el CTP es un elemento decisivo para el resultado negativo en el sector, en Colombia trade y didácticos son las categorías que determinan el bajo desempeño. En Brasil, en cambio, las tres categorías sufren fuertes caídas a lo largo del periodo.
De la misma forma que se puede afirmar que existe cierto consenso sobre los impactos de las nuevas tecnologías y las transformaciones del mercado, también es posible decir que hay un acuerdo sobre el hecho de que las políticas educativas consistentes favorecen la formación de lectores, lo que debería traducirse en un mejor desempeño del mercado editorial. Aunque existan numerosos debates sobre qué política debería adoptarse y sus resultados efectivos, no sería razonable pensar que es posible prescindir de tales políticas y tener un país lector. Si bien no es posible establecer una correlación estadística entre ciertos indicadores de desempeño educativo y el comportamiento de los mercados editoriales, no cabe tampoco descartar una relación causal entre una y otra cosa. Precisamente, a explorar esta relación se dedicará una tercera entrada.
Fuentes
http://pesquisaeditoras.fipe.org.br/
https://www.federacioneditores.org/
https://www.publishers.org.uk/
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(1) Agradezco la paciencia y la colaboración de Carlo Carrenho, quien me ayudó con las conexiones necesarias; a Rüdiger Wischenbart, por el auxilio, por las conversaciones y aclaraciones; a Marcos da Veiga Pereira, por las incontables provocaciones para la realización de este estudio; a la CBL y al SNEL por los casi diez años de asociación y confianza, y al Cerlalc por el intercambio de ideas y el espacio para la publicación.
(2) Los datos de este estudio se recopilaron en 2018 y el análisis se realizó en 2019.
(3) Las razones que explican la selección de estos países se encuentra en la primera parte de este estudio.
(4) Fueron recopilados y utilizados los valores producidos por el FMI.
(5) Para México y Brasil se consideraron solamente las ventas al mercado y se excluyeron las ventas al gobierno. El gobierno tiene un papel preponderante en los mercados editoriales de estos dos países.
(6) En Estados Unidos, país del patrón dólar, el dólar PPA es igual a uno (1).