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Del juego a la lectura, así comienza la comprensión del mundo

Autor
Luis Fernando Macías
Fecha
10 noviembre, 2016

Cuando el maestro o el padre saben que el instrumento natural de aprendizaje del niño es el juego, disponen el ambiente entorno a diversos juegos creativos. Deben ser juegos sencillos, relacionados con el entorno familiar de la escuela o del hogar. Su característica principal será que estén orientados a la creación de hábitos y actitudes favorables al aprendizaje, es decir, que en su ejercicio desarrollen la capacidad observación y la actitud de estar alerta frente a todo lo que sucede en el mundo.

Un ejemplo fácil de realizar es el juego del maestro o el padre que preguntan. Este juego debe formar parte de la vida ordinaria en la escuela y en la casa; puede realizarse con uno o con varios niños al mismo tiempo, consiste en que el conductor asume el rol del que no sabe nada y todo lo pregunta. El rol de los niños consiste en ofrecer respuestas a las preguntas del maestro o del padre. Las preguntas empiezan por las partes del cuerpo y del vestido de los participantes, y se van extendiendo al entorno, desde lo conocido por todos hasta lo desconocido, desde lo muy visible hasta el detalle invisible o escondido.

En una primera ocasión el juego puede tener como meta el reconocimiento de las partes del cuerpo y en este caso sirve como mero repaso del vocabulario; en una segunda ocasión puede orientarse al reconocimiento de los trajes, sus formas, colores, tamaños y toda clase de características observables. El maestro puede conducir a los niños a la actitud del que todo lo investiga, se pregunta frente a todo y se entrena en las distintas maneras de buscar respuestas a las inquietudes.

Este tipo de juegos se puede realizar en todos los niveles de desarrollo y aprendizaje, incluso de los adultos. La obligación del maestro es partir de la realidad del niño o de los alumnos que tiene enfrente. Cuando el niño está adquiriendo el lenguaje, sumar palabras nuevas a su vocabulario constituye una ganancia importante; cuando el hombre es un investigador formado requiere de preguntas o de problemas para formular respuestas. La conclusión de un niño al comparar las formas o los colores de los ojos de sus compañeros es el comienzo necesario para que el científico del futuro identifique los síntomas de una enfermedad o las características de un fenómeno.

Los juegos creativos tienen como propósito natural el desarrollo de las habilidades necesarias para resolver los problemas de la existencia. Cuando el maestro tiene presente lo que el hombre habrá de requerir para su desenvolvimiento en el mundo, orienta sus actividades a la adquisición de estas actitudes, hábitos, costumbres y comportamientos que favorecen el desarrollo de tales habilidades.

Así, cuando los juegos de preguntas con los niños desembocan en la lectura de imágenes, de libros con imágenes o de textos, estos conducen necesariamente al desarrollo de la habilidad de la lectura y de su hábito, que es más importante. Pero si un maestro tiene niños que ya leen, su juego puede empezar por preguntas que llamen la atención sobre lo que sucede en un texto dado.

Preguntando, preguntando un buen maestro a sus alumnos todo se los va revelando.